FUN EDUCA

Aquí los alumnos aprenden que un robot no es magia, sino lógica y programación. Usamos plataformas ALUCINANTES como VEX, SPHERO, o EZ ROBOTS para enseñar paso a paso a cómo pensar como FUNGINEERZ: probar, fallar, probar, fallar otra vez, reírnos, probar y mejorar.

• Sí, un robot se puede chocar contra la pared... ¡pero aprende más rápido que algunos adolescentes por la mañana!.

Es la habilidad de dividir problemas en trozos manejables, como cuando desmontas un sándwich para ver qué lleva dentro, ¡y no te manchas de mayonesa!. Los estudiantes aprenden a estructurar tareas, crear algoritmos y aplicar la lógica.

• Traducción: dejamos de escuchar "profe no entiendo nada" para empezar a oír "ah, era fácil".

Utilizar tecnología en soledad es divertido un rato, pero hacerlo en equipo multiplica la creatividad. Los alumnos asumen roles (líder, programador, constructor, mecánico...) y aprenden que nadie gana sin la ayuda de los demás.

• Y sí, descubren que discutir por quién empieza no es tan productivo como parece...

Inventar soluciones nuevas con piezas, sensores, programas y mucho corazón. Aquí vale todo: desde robots que bailan hasta drones que esquivan conos. La clave es aprender que la imaginación es un músculo muy FUN que también se entrena.

• No, no fabricamos robots que quieran dominar a la Humanidad. Por ahora.

Usar la tecnología como creadores y no como consumidores pasivos. Desde diseñar circuitos hasta programar una IA básica. Todo orientado a reconectar neuronas fritas por sobredosis de RRSS.

• Les enseñamos a programar a las máquinas... en lugar de que las máquinas los controlen a ellos.